viernes, 15 de agosto de 2008

Cristóbal Mendoza, Presidente de la Primera República de Venezuela


El doctor Cristóbal Mendoza es considerado como el primer Presidente de la República de Venezuela. No es precisamente un Presidente que corresponde a la concepción individual del mando supremo del país, tal como llegó a entenderse en etapas posteriores de nuestra historia. En la organización político-administrativa que el Congreso de 1811 dio a la República, el Poder Ejecutivo no era ejercido por una sola persona, investida de los altos poderes de regir los destinos del país. El Poder Ejecutivo era una institución integrada por tres miembros que se turnaban en la presidencia por cortísimos períodos. Al establecerse el Triunvirato, correspondió al doctor Mendoza actuar el primero como Presidente.


Cristóbal Hurtado de Mendoza nació en la ciudad de Trujillo el 23 de Junio de 1772, perteneció a una ilustre familia y recibió su primera educación bajo la dirección de su padre y del Superior del Convento de Franciscanos, Fray Antonio de Pereira.


A los 16 años fue enviado a Caracas, para estudiar en el Seminario Tridentino. En 1794 obtuvo el título de Licenciado y Maestro de Leyes, luego pasó a Santo Domingo y después de fuertes estudios obtuvo el título de Abogado en Derecho Civil. Regresó a Venezuela para ocupar importantes cargos administrativos.
Tenía ya 29 años cuando ocupó el cargo que le permitió ostentar en nuestra historia la primacía de los mandatarios venezolanos. Con motivo de los sucesos del 19 de Abril de 1810, Mendoza, quien ocupaba los cargos de Síndico Procurador de los Naturales, fue electo por uninaminidad como Secretario de la Junta que representaría a la provincia de Barinas ante el movimiento emancipador de la capital. En 1911 el Congreso lo designó miembro del Triunvirato Ejecutivo.


Después de la derrota de la Primera República, se embarcó hacia la Nueva Granada en donde fijó su residencia. En 1813 Bolívar le escribió con las siguientes palabras: Venga Usted sin demora: venga. la patria lo necesita. Yo iré por delante conquistando y usted me seguirá organizando; porque usted es el hombre de la organización, como yo el de la conquista".

A su regreso fue designado Gobernador de la provincia de Mérida. Luego el 27 de Julio, Bolívar lo nombró Gobernador Político de Caracas. En 1814 se perdió la Segunda República y Mendoza de nuevo se asiló en tierras extrañas, esta vez en Las Antillas, en donde padeció una serie de calamidades.

Desde allí, a través del Correo del Orinoco, escribió fuertes frases políticas en favor de la independencia. En 1821 regresó a Caracas y fue designado Ministro de las Cortes de Justicia en el Distrito Norte de Venezuela. En 1826 fue nombrado Intendente del Departamento de Venezuela. Al año siguiente Bolívar le pidió que representara a Venezuela en la Convención de Ocaña; pero Mendoza se negó debido a que padecía una grave enfermedad.

Cristóbal Mendoza no sólo se destaca por su consecuente lealtad a los principios republicanos e independentistas, también ofrece peculiar relieve su inquebrantable fe en las ideas y proyectos del Libertador. En todo momento mostró su adhesión a la unión de los pueblos de la América Hispana para defender sus conquistas, tal como se delinean en los escritos del Libertador. En Venezuela, contra el poderoso influjo de José Antonio Páez, el doctor Cristóbal Mendoza permanece al lado de los ideales continentales de Bolívar. No convalida, como otros próceres, los manejos de Páez y su grupo en pro del separatismo y rechaza en todo momento los ataques en contra la autoridad del libertador. Su conducta como hombre público, como magistrado, como ciudadano y como profesional no ofrece fallas ni debilidades. En los últimos días de su existencia, le dirige una carta al Libertador que decía lo siguiente: "La gravedad del mal que padezco me ha familiarizado de tal modo con la idea de que voy a morir que no puedo concluir esta carta sin expresar a usted el temor de ser la última, y sin hacerle mis súplicas por la inmensa y desgraciada familia que dejo. Su único patrimonio es el recuerdo de los débiles servicios que he hecho a la República y de la amistad con que usted me ha favorecido".

Cristóbal Mendoza muere en la ciudad de Caracas el 8 de Febrero de 1829 y dos años después de esa confesión el Libertador fallece igualmente pobre y decepcionado, pero dejando un inmenso patrimonio de ideas, de gloria y de iniciativas cuya vigencia continúa proyectándose hacia el futuro de todos los pueblos latinoamericanos.

No hay comentarios: